Novak Djokovic se encontró con un partido que lo hizo trabajar más de la cuenta. El local Alexei Popyrin verdaderamente lo puso contra las cuerdas y hasta desaprovechó varias ocasiones importantes durante el tercer set del duelo, lo que marcó un quiebre en el trámite. El diez veces ganador del Australian Open, que no pierde en este certamen desde el 2018, se terminó llevando el boleto a la tercera fase pero vivió escenas de tensión con los fanáticos.
En un momento crítico del encuentro, tras llevarse ajustadamente el tercer set, Nole demoró su servicio mientras trabajaba en quitar la tensión de sus dedos. Fue allí que escuchó un comentario desde una de las tribunas del Rod Laver Arena que lo hizo enfadar, a punto tal que se lo escuchó decirle a un fanático “ven aquí y dímelo en la cara” con una irónica sonrisa en el rostro, mientras el juez de silla intentaba reanudar el juego.
“No quisieras saber lo que decía. Me estaban diciendo muchas cosas desde ese lado. Las he ido tolerando durante casi todo el partido, pero llegó un momento donde dije basta y le dije a ese tipo si quería bajar y decírmelo a la cara. Cuando te enfrentas a alguien, no tiene la valentía para bajar. Eso le dije, si era valiente para bajar. Si eres tan duro, baja y dímelo a la cara y discutámoslo. Se disculpó de lejos. Ahí quedó todo”, expresó en la conferencia de prensa posterior al partido según replicó el sitio especializado Puntodebreak.
Lo cierto es que ese cruce fue una especie de combustible para terminar el trabajo, porque a partir de allí Djokovic ganó tres games seguidos para quedar a tiro del triunfo. El partido se lo llevó con un 6-3, 4-6, 7-6 y 6-3 en más de tres horas de actividad, aunque el peor momento se desarrolló en el tercer set cuando Popyrin falló cuatro bolas de set para ponerse arriba en el marcador. El actual número 1 del planeta emparejó las acciones, forzó un tiebreak y no vaciló para firmarlo con un 7-4.
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