En un giro impactante para el mundo del fútbol, Ednaldo Rodrigues, presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), expresó su consternación y vergüenza por las recientes condenas por violación de los exinternacionales Robinho y Daniel Alves. Desde Londres, donde asiste a un amistoso, Rodrigues criticó duramente la creencia errónea de los jugadores de que sus logros deportivos los hacen intocables ante la ley.
La declaración surge tras el silencio del mundo del fútbol sobre las graves condenas de ambos jugadores, destacando un momento de inflexión cuando Leila Pereira, presidenta del Palmeiras y jefa de la delegación de la CBF, rompió el silencio exigiendo responsabilidad y condenando la violencia de género. «Nadie dice nada, pero yo, como mujer, aquí jefa de la delegación de la selección, tengo que posicionarme. Esto es una bofetada para todas nosotras las mujeres, especialmente el caso de Daniel Alves, que pagó por su libertad», denunció.
Robinho, ex estrella del Real Madrid, Manchester City y AC Milan, comenzó a cumplir su condena de nueve años en Brasil por su participación en una violación grupal en Milán, 2013. Daniel Alves, por otro lado, enfrenta una condena inicial de cuatro años y medio por agresión sexual en Barcelona, con la posibilidad de libertad provisional bajo fianza mientras se resuelven los recursos de apelación.
Estas condenas sacuden los cimientos del fútbol brasileño, con llamados a una mayor responsabilidad y cambio de actitud hacia las atrocidades cometidas por figuras deportivas. La valentía de las víctimas se destaca como un faro de esperanza para inspirar a más mujeres a alzar la voz contra la violencia de género, en un mundo del deporte a menudo dominado por la impunidad masculina.
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