El Aston Villa empieza a recuperarse en la Premier League después de un inicio irregular y una dura derrota frente al Liverpool en la última jornada, al vencer al Crystal Palace de manera emocionante por 3 a 1.
Hasta el minuto 87, el equipo londinense estaba al frente en el marcador, pero en menos de 15 minutos, incluyendo el tiempo añadido, los dirigidos por Unai Emery lograron revertir la situación y llevarse los tres puntos en casa, tras haber comenzado el partido con un inusual error grupal que resultó en el gol del Palace al comienzo del segundo tiempo.
En un contragolpe letal liderado por el francés Jean Mateta por la banda derecha, los defensores centrales Pau Torres y Ezri Konsa intentaron jugar al fuera de juego para dejar en posición adelantada al delantero Odsonne Edouard. Sin embargo, el atacante se ubicó de manera astuta y quedó frente al arco, donde estaba Emiliano Martínez como guardián.
Dibu, que había confiado en sus defensores, se vio obligado a salir velozmente para achicar, pero se sumó a la cadena de errores y terminó resbalándose en su propia área, dejando la definición en bandeja para el delantero del Crystal Palace. Edouard no dudó y, con un disparo preciso, la envió al fondo de la red, lo que provocó una lamentación generalizada en el Aston Villa.
Lógicamente, el arquero, campeón del mundo, fue el primero en desatar su furia tras el gol recibido. Se golpeó las manos y de inmediato fue a recuperar la pelota desde el fondo de su arco, mostrando su seño fruncido y pateando la pelota con determinación hacia la zona de la mitad de la cancha. Si bien Dibu ha sido el salvador en numerosas ocasiones para el Aston Villa, esta vez le tocó sufrir un resbalón que, afortunadamente, quedará en la historia como una anécdota, gracias a la victoria por 3 a 1, obtenida con los goles agónicos de Jhon Durán, Douglas Luiz y Leon Bailey.
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